En el municipio de Hopelchén, Campeche, al sur de México, grandes extensiones de la Selva Maya se transformaron en inmensos campos de cultivo principalmente por comunidades Menonitas.
De acuerdo con Global Forest Watch, en 2017 se perdieron 23 000 hectáreas de cobertura forestal en el municipio de Hopelchén; en 2018 poco más 8000 hectáreas y en 2019 alrededor de 9800 hectáreas.
A principios de junio, en el estado de Campeche durante cinco días se registró la mitad de las lluvias que, en promedio, cae durante un año en la región, no fue un huracán, sino dos tormentas tropicales con vientos de baja intensidad. El municipio más afectado fue Hopelchén, donde 22 poblados registraron graves inundaciones afectando alrededor de 35,00 familias.
La degradación de ecosistemas
en este caso el cambio de uso de suelo genera grandes impactos y riesgos como contaminación suelo y agua, pérdida de biodiversidad,
vulnerabilidad ante desastres naturales, pérdidas económicas, etc.
La organización entre habitantes de las comunidades
Mayas es fundamental para exigir control y regulación a las autoridades correspondientes para detener y
mitigar los daños causados a la selva, promoviendo al mismo tiempo la toma de decisiones equilibrada.
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