La experiencia de adquirir un árbol de Navidad no sólo recrea la vista, también aporta muchos beneficios a la salud y a la misma naturaleza.
La producción comercial de árboles de Navidad inició en los años 1600 en Alemania, particularmente en México en los años 50. Actualmente los principales estados productores de árboles de navidad son el Estado de México, Michoacán, Guanajuato y la CDMX.
Las
plantaciones forestales de este tipo proveen de servicios ambientales, como son
la protección de suelos (erosión y degradación), captura de carbono y
liberación de oxígeno, en época de lluvias permiten que el agua se infiltre en
el suelo favoreciendo a la recarga de los mantos acuíferos, con este trabajo se
incentiva la economía regional, convirtiéndose en una fuente de ingresos para
los productores.
Al
momento de adquirir un árbol navideño es indispensable considerar la huella ecológica
que tendrá esta compra, es por ello la importancia de analizar ventajas y
desventajas que conlleva adquirir un árbol, ya sea natural o artificial. Si tu decisión
es adquirir un árbol natural de ser posible compra árboles producidos
localmente, tomando en cuenta el “kilometraje” de tu árbol ¿Cuántos kilómetros recorre
para llegar hasta ti?
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